A medida que avanza la carrera para que los bancos den el salto a las tecnologías digitales, México se queda atrás. El sistema actual tiene un enorme margen de crecimiento, no es perfecto, pero tiene algunos de los requisitos fundamentales que podrían convertirlo en una valiosa oportunidad de inversión.

Los ciudadanos actualmente ven una disparidad entre los servicios bancarios que desean y los que reciben. La pequeña cantidad de grandes bancos que administran los sistemas bancarios de México no ha aprovechado al máximo las oportunidades para innovar. Las tarifas más altas a las que los clientes están acostumbrados a pagar significan que las ganancias en eficiencia derivadas del uso de un enfoque digital primero tendrán un impacto aún mayor. Las áreas rurales están desatendidas y necesitan servicios flexibles que no requieren una infraestructura costosa.

El sistema actual del país está listo para ser interrumpido. Todos los problemas que enfrentamos aquí son los mismos que las soluciones de banca digital ya están trabajando para resolver. El auge de la tecnología está eliminando la necesidad de que las personas estén cerca de su sucursal para recibir servicios. El estado actual del sistema bancario deja una oportunidad para que cualquier institución financiera esté lista para llenarla.

La banca en México.

En 1990, los bancos de la nación se convirtieron en instituciones privadas. Estos esfuerzos esperanzadores se anunciaron como una forma de reducir el déficit del país y eliminar la deuda. Para facilitar la transición, los activos del gobierno se vendieron en una subasta. Posteriormente, el número de licitadores resultó ser bastante pequeño, y el número de personas involucradas en la administración de los bancos recién privatizados también siguió siendo pequeño.

Estos activos han cambiado de manos a lo largo de los años y ahora están controlados principalmente por grandes bancos internacionales. Si bien el número de partes controladoras sigue siendo pequeño, sigue siendo cierto que los bancos de México hoy en día son predominantemente privados.
Cualquier banco que desee mudarse y comenzar a ofrecer servicios digitales dentro de las fronteras de México puede hacerlo sin tener al gobierno como competidor.

Los servicios básicos tienen margen de mejora.

Los servicios bancarios actuales que están disponibles para el ciudadano medio tienen una brecha oportunista entre lo que se entrega y lo que se desea. Estos servicios, en comparación con las instituciones en la mayor parte del mundo, podrían ver mejoras masivas al adoptar un enfoque de digital.

Las ineficiencias actuales han dado lugar a más tarifas por los servicios básicos. Algunas de las acciones sujetas a cobro incluyen:

● Realizar más de tres transacciones bancarias por mes.
● Solicitar un segundo estado de cuenta
● Solicitar extractos de cuenta de meses anteriores.
● Transferencia de dinero
● Escribir un cheque
● Retirar dinero del cajero físico.
● Verificar su saldo
● Investigar un cargo si es “infundado”, que es un término cargado
● No mantener su saldo mínimo arbitrario

Las zonas rurales son una oportunidad de expansión.

Los bancos no tienen la madurez tecnologica para atender áreas específicas. Esto deja a muchas áreas rurales del país sin infraestructura actual. Esta falta de sucursales comunitarias es una de las razones por las que México tiene una de las tasas más bajas de inclusión financiera con 36.9%.

Sin embargo, tener acceso a una banca confiable es de gran interés para los ciudadanos. El acceso al crédito podría hacer explotar la riqueza de las comunidades agrícolas. Estos servicios ayudarían a las economías locales y generarían riqueza generacional.

La infraestructura para una transformación digital ya existe en gran medida. Los sistemas basados en la nube solo necesitan acceso a una conexión a Internet y el 70% de México tiene acceso a Internet. Sin otra infraestructura necesaria, la implementación y la adopción pueden ocurrir rápidamente. Para esas áreas desatendidas, la falta de competencia significa que enormes franjas de participación de mercado están en juego.

Las cosas están preparadas para empezar a cambiar.

Si bien los problemas que México enfrenta actualmente no desaparecerán de la noche a la mañana, existe la esperanza de que eventualmente se resuelvan. El gobierno está trabajando para recuperar el control de la industria y quitarle parte del poder a los grandes bancos internacionales.

Los funcionarios ven cómo se está frenando a su país al negar a sus ciudadanos el acceso a líneas de crédito confiables. Se están elaborando varias facturas que se centrarían en muchas de las mismas áreas en las que sobresaliría un sistema bancario digital. Se centrarán en brindar servicios accesibles a los ciudadanos y en las áreas rurales. Están trabajando para brindar a las pequeñas y medianas empresas las herramientas para crecer.

La actual administración es otra agencia que espera inculcar un cambio duradero. En 2019, convirtieron a Bansefi, banco público, en el “Banco del Bienestar”. El cambio de nombre viene acompañado de un programa de 10 mil millones de pesos que busca construir 2.700 nuevas sucursales del banco. Las regiones rurales y remotas del país tendrán la máxima prioridad para estas nuevas instituciones.

Planean ofrecer servicios básicos como cuentas de ahorro que enlazan con tarjetas de débito, cajeros automáticos sin comisiones, cuentas para niños, transferencias de dinero, hipotecas, seguros de vida, y recibir dinero en el exterior sin costosos intermediarios.

Un plan bien diseñado para llevar a México a la era digital podría aprovechar la ola del cambio y mejorar las condiciones para todas las partes involucradas. Se acerca la digitalización; es solo una cuestión de cuándo. En estos tiempos difíciles, muchas instituciones bancarias están experimentando un gran crecimiento al buscar ofrecer servicios en línea. Para países como México, que aún no tienen acceso a estos servicios facilmente, la recompensa potencial es aún mayor.

Como puede ayudar CPQi

Para que México aproveche las grandes oportunidades de innovación, debemos asegurarnos de que el riesgo operativo y la disponibilidad de los productos se gestionen de forma eficaz en lo que ahora es un mundo en permanente cambio. Hay 4 pilares para lograrlo:

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Hemos estado hablando de esto durante años, pero ahora es esencial que las plataformas centrales estén disponibles en la nube. Los entornos en la nube están mucho más fácilmente disponibles para equipos remotos o basados en el hogar, las implementaciones de cambios son más simples de lograr, sus equipos de trabajo no necesita estar físicamente presente, los costos pueden ser más bajos y las plataformas escalables / desescalables con facilidad. La tecnología en la nube es la forma clave en que las instituciones financieras pueden comenzar a brindar servicios necesarios en áreas remotas, expandiendo la base de clientes.

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